Espasmos de cuarentena Cap. 4: "Mujercitas"
Entre un sinfín de películas que
estoy aprovechando para ver en este tiempo de aislamiento preventivo (para ya
no decirle cuarentena porque suena feo), acabé de ver Mujercitas, la nueva
versión de la película. No me acuerdo mucho de la anterior con Winona Ryder,
pero sí recuerdo lo mucho que me gustó el libro, que fue uno de los primeros
que leí cuando era niña. Es inevitable ponerse emocional en varios momentos de
la trama, o no sé si yo soy demasiado sensible, pero creo que siempre me gustó más
que nada la manera en que la autora destaca ese amor de hermanas que es
realmente incomparable.
Creo que mi hermana y yo tenemos
una relación muy especial, que luego de varios años de peleas y discusiones muy
normales, pero acentuadas más que nada por la diferencia de edad, crecimos un
poco más y pudimos encontrar el punto de equilibrio para la calma y lo
convertimos en la mejor complicidad que se puede tener. Ciertamente hubo muchos
momentos difíciles que enfrentamos, tal vez demasiado temprano en nuestras vidas,
y creo que nos ayudaron a ser más comprensivas la una con la otra, pero debo
reconocer que realmente venimos de un legado de mujeres unidas por un lazo
mágico y hermoso.
Crecimos viendo a nuestra mamá y
a nuestras tías siendo siempre cercanas e incondicionales, vivimos escuchando
anécdotas divertidísimas de travesuras y aventuras, que más adelante se
convirtieron en historias de amor e ilusión; y luego incluso en los momentos
más difíciles pudimos ser testigos de cómo su amor superaba cualquier
situación. Nunca un problema fue de una sola, porque siempre, aún sin pedirlo,
aparecían las demás, listas para enfrentar cualquier cosa, siempre animosas y
decididas a permanecer ahí el tiempo que haga falta hasta encontrar una posible
solución. Y no lo digo como una historia que me contaran, sino porque también
lo viví, y en ese momento, cuando más las necesitaba, aparecieron ellas en el
umbral de mi puerta con sus capas doradas, que solo yo podía ver, como unas
verdaderas heroínas, con una energía poderosa y tranquilizante que, sin necesidad
de palabras, te dice que todo va a estar bien.
Parece una historia novelesca o
algo así, pero es de la vida real, de mí vida real. Ahora mismo me pongo
sensible de nuevo mientras escribo, porque me acuerdo cuando me sentía perdida,
sin saber qué iba a pasar conmigo. Cuando se nos fue un ser amado y yo no me
sentía capaz de continuar por mi cuenta. Y lloro un poco de tristeza al
recordarla, pero también de amor y de gratitud hacia estas mujeres que amo.
Gratitud porque nunca me dejaron sola y porque siguen alegrándome todos los
días con sus mensajes sencillos, a veces graciosos, o preocupados. Gratitud por
darnos el ejemplo y enseñarnos que los hermanos, la familia, son lo mejor que
la vida te puede dar.
Hoy puedo decir con orgullo que
he construido con mi hermana una relación realmente hermosa, y que para mí es
de las cosas más importantes que tengo. Y veo ahora, que soy parte de lo que
alguna vez, hace muchos años, me encantó de este libro tan emotivo. Haciendo
una retrospectiva me doy cuenta de que siempre estuvo ahí, que es la historia
que he estado viviendo toda mi vida, llena de momentos mágicos, de risas y
complicidad, de amor, pero también de perdón, de consuelo y de fortaleza. Ellas
son mis Mujercitas, son mi historia emotiva de risas y lágrimas, son mi apoyo,
pero también el regaño necesario. Son mi ejemplo y también son mis fans.
Mis mujeres fuertes y valientes
que a pesar de tener miedos a veces al enfrentar situaciones que golpean el
corazón, saben que saldrán adelante, porque nunca están solas, porque siempre
estamos acompañadas, porque confiamos las unas en las otras y porque nos amamos
con todo el corazón. Hoy es mi turno de decirles que
aquí estoy, y que todo va a estar bien.
ACS.
*Dedicado a mi madre y mis abuelas que están en algún lugar
del universo, a mi hermana, a mis tías y primas. A las "Mujercitas" de mi vida, que tanto admiro y amo desde
lo más profundo de mi alma.


.png)
Comentarios
Publicar un comentario